Fotógrafo Fine Art especializado en wildlife
Desde tiempos muy remotos, el hombre y el animal crecieron, se desarrollaron y evolucionaron. Cada uno en su camino ha sobrevivido, en parte gracias a la tierra que los ha soportado con nobleza, y en parte por aquellos que la han trabajado y sacado su mejor provecho.
Se necesitaron cómo especies, aunque más no sea para diferenciarse. El Hombre sabiéndose racional. En oposición, los animales irracionales, gracias al atributo de aquellos.
Claro está, que pareciera que fue la distinción y el atributo de unos, lo que los llevaron a evolucionar, convivir, resistir, adaptarse, mimetizarse, cooperar, defenderse y ser parte de una cadena, entendiendo el lugar que ocupan. Y ahí es donde está la mayor contradicción; ¿cómo es que a los otros se los denominaban racionales?
Las alteraciones que está haciendo el “ser racional”, esta generando el calentamiento global, el cambio climático luego la alteración de ecosistemas naturales equilibrados y finalmente la extinción , está poniendo en jaque la decisión de la tierra de soportarnos. Ésta parece enojada con sus terremotos, tsunamis, incendios, y demás catástrofes naturales tratando de despertar al hombre de su ceguera, cómo si fuera la piel de un gran animal que se sacude los insectos del lomo.
El planeta grita! Y le grita al hombre.
¿Qué ser racional destruye su propia casa? Pero cuidado, esta no es cualquier casa, esta casa no fue creada por el ser “racional”, esta casa respira y tiene vida propia. Entonces ¿No será que aquellos atributos en común con otras especies, empiezan a ser un camino de reconstitución y conservación que hay que mirar? Pensemos en lo básico, en el respirar de las plantas, o más aún en la sensorialidad de los animales.
Quizás volviendo a un estado primitivo, podremos distinguir lo verdaderamente importante y buscar el beneficio para TODOS los seres vivos de este plantea.
Estas fotos pretenden llevar a tener conciencia de donde venimos, con quienes convivimos, a no sabernos superiores sino necesarios, a entender que cada especie ocupa un lugar para nuestra propia supervivencia.
Aún estamos a tiempo!
Agustín Cleris